LA CONSTRUCCION DEL SER.

Una estructura física, un cerebro capaz de almacenar miles de datos hasta de manera simultánea, una increíble capacidad imaginativa y la capacidad de reinventarse a sí mismo, son algunas de las características que definen al hombre y que lo hacen ser una de las más extraordinarias maravillas del mundo, pero nada de esto sería posible sin tomar en cuenta su ser interior, el cual constituye la materia prima para dar lugar al ser humano. Puede decirse que es dentro del individuo dónde encontramos la semilla que alberga todas sus capacidades o al menos, esto es lo que toman en cuenta las propuestas pedagógicas de Montessori y Claparéde, para quienes el desarrollo espiritual del individuo es igualmente importante que su capacidad cognitiva.
Y es que en mi opinión, el espíritu humano es capaz de albergar la semilla más pura de humanidad que lo convierten en el ser social que hoy conocemos.
Tomando en cuenta que tanto Montessori como Claparéde tratan de aplicar sus conocimientos como psicólogos al campo de la educación, podemos apreciar un cierto esfuerzo por tratar de aplicar el método cientíco a un proyecto de tan enormes proporciones como lo es el proyecto educativo.
Ciertamente, no podemos hablar aquí de un método científico, muchísimo menos cuando lo que si lo que se busca es tomar en cuenta el lado espiritual del individuo. Hablar de esto, cuando se habla de educación, pudiera parecer por momentos como un asunto sin importancia (en especial, para aquellos que ven la educación como un mero asunto cognositivo), pero el equilibrio interior del individuo es de suma importancia para todos los aspectos que conforman las capacidades cognositivas del ser humano y su capacidad de adquirir nuevos conocimientos.
Las propuestas de Montessori como de Claparéde, aunque ciertamente llegan a tener por momentos planteamientos basados en la teoría científica (en especial Claparéde), también se puede apreciar que trataron de hacer un consenso entre lo científico y lo empírico y eso, implica un gran avance en cuanto a lo que es la educación.
Por último y para concluir, me parece importante recordar que cada hombre es responsable de descubrir dentro de sí la enormidad del universo, pero es trabajo del educador entender y descubrir las maravillas del ser en cada uno de sus alumnos.